Desde hace más de 400 años, el 8 de febrero se celebra en la región japonesa de Kanto (en Kioto lo hacen en diciembre) una ceremonia para honrar todas las agujas y alfileres utilizados a lo largo del año.
Este hermoso ritual nos invita a reflexionar sobre nuestra relación con los objetos cotidianos y agradecerles todo lo que nos han permitido crear. En el artículo de hoy quiero contarte un poco más acerca de esta festividad y proponerte algunas ideas para celebrar tu propio homenaje.
El origen de esta tradición está en la creencia japonesa de que todas las cosas, incluso los objetos, tienen alma. Por eso, en lugar de simplemente desechar las herramientas rotas o gastadas, las costureras, bordadoras y todas las personas relacionadas con el textil guardan sus viejos utensilios durante todo el año para finalmente rendirles tributo en este día tan especial.
El Hari-Kuyo es una ceremonia de agradecimiento, una forma de dar el último adiós a nuestras herramientas y reconocerles el servicio prestado.
En el templo se preparan altares con ofrendas y las agujas o alfileres son clavadas por última vez en un bloque de tofu o gelatina. En este acto, cada creadora agradece las obras que sus agujas le han permitido realizar y reza por el trabajo por venir, pidiendo habilidad y destreza para llevarlo a cabo.
La tradición dice que, al igual que las agujas, las creadoras también deben descansar este día para retomar sus actividades al día siguiente con nuevas fuerzas y entusiasmo.
En occidente no estamos acostumbradas a este tipo de eventos, pero puedes realizar tu propio ritual dedicando un momento a este fantástico instrumento: limpia tus agujas, ordénalas, recuerda todas las cosas bellas que te han permitido crear y agradéceles.

Puedes dejarlas en un platito con agua y encender una vela. Si meditas, dedica unos minutos para intencionar todos los proyectos que vendrán.
Por cierto, el Hari-Kuyo no es sólo una festividad para costureras: pescadores, relojeros, marineros, profesional sanitario… Todas las personas que trabajen con agujas de cualquier tipo están invitadas a esta celebración.
La aguja es un instrumento fascinante que acompaña a la humanidad desde hace al menos 40.000 años (algunos descubrimientos apuntan incluso a 60.000 años de antigüedad); por eso desde aquí te invito a que investigues más sobre el tema y, sobre todo, que honres tus agujas como intermediarias entre tus ideas y la tela.
¿Me cuentas tu ritual en los comentarios?

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